Es miércoles, vamos al cine, mola porque es más barato,…no hay mucha gente, me tomo la molestia de poner el móvil en modo avión, para no molestar y esas cosas. Y comienza la peli…Entonces llega una pareja de mediana edad y decide sentarse justo a mi derecha, al final de la fila…bueno, no pasa nada!…nos levantamos…perdón!, gracias! todo bien! Y justo cuando se sientan comienzan a abrir sonoras bolsitas de plástico; galletitas, crunchys y yo que se que hostias…y empiezan a comer como dos putos osos que despiertan de una larga hibernación, con ese frenesí que solo da el hambre cuando después de una fumada descubres que tienes en el armario una bolsa de cacahuetes con miel; sal y azúcar a partes iguales…entonces no eres tu quién come, lo hace tu metabolismo. L@s que fumáis sabéis de qué hablo… Ahora en mi mente, imagino una escena en la que golpeo con violencia a esa pareja hasta que dejan de moverse…respiro hondo, y me decanto por seguir sin antecedentes penales e intentar meterme en la película.
Pero ahí no queda la cosa, el pavo, que papea con la boca abierta ( inconfundible sonido ) ,también es de esos que tienen la extraña capacidad de la auto absorción de partículas de comida de entre los dientes…en serio! Imagínate una peli en un ambiente tecnológico, que transcurre dentro de una subterránea y claustrofóbica casa modernista con tres personajes; conversaciones profundas, largos paneos, primeros planos y silencios, muchos silencios y el que está a tu lado retransmitiendo en directo su depurada técnica en autolimpieza dental, después eso si, de una pantagruélica afari-merienda.
Parece que la hambrienta pareja de entrañables trogloditas ya ha terminado de comerse todo el cargamento de dulzainas y crujientes empaquetados y al igual que el león en la sabana después de devorar una gacela Thomson, entran en esa fase de modorra después de la panzada…por fin puedo ver tranquilo la puta peli.
Ahora me pregunto si debería prohibirse comer en el cine. La verdad es que hasta el otro día ni me lo había planteado…tengo la sensación de que está peor visto encender el móvil y mirar el guasap en mitad del cine, que llenarte la boca de palomitas y sorber de un cubo de refresco…quizás el modo avión tenga que abarcar algo más que el móvil.
P.D.: me imagino que cuando llegaron a casa ni cenaron ni nada….
El anuncio de mercedes me gusta. Está bien llevado, bien traído, encaja todo como un puto guante; el cocinero de moda que la mueve, el que mola. Y su estrella, la de su restaurante y la de su coche ( mercedes ). Le mangan la estrella, la de su coche o la de su restaurante?. Los cabrones no son los que le mangan la estrella, los cabrones son los de Contrapunto BBDO…es muy bueno…y como dirían los trendys: muy “insigth”. Pero es tan bueno, que me ha hecho pensar; no se si eso de las estrellas Michelín mola. Y tampoco se si todos los cocineros molan…es más, no se si tiene por qué molarme o no un cocinero.
Me imagino que lo de la alta cocina, es equiparable a la fórmula uno; en la puta vida voy a pilotar uno de esos coches, pero seguro que alguna vez conduciré uno con algún ingenio electrónico que inventaron precisamente para esos cohetes de cuatro ruedas…Lo que no tengo tan claro, es si alguna vez haré de afari-merienda una deconstrucción de tortilla de patata o rociaré con hidrógeno un filete empanado…lo sé, soy un infiel, no tengo ni puta idea de las cosas buenas de la vida… A mi entender, el circo culinario había perdido glamour y pegada entre la plebe y había que reactivarlo, convertirlo en mainstream y que conste, que aunque solo sea por curiosidad, sigo a David Muñoz “Diverxo” ( el cocinero del anuncio ) en Twitter y su apretada agenda de eventos, presentaciones, charlas, fotos con famosos y competis de running…
En fin, que todo esto viene después de vivir aquí en Donosti, el día de mi ciudad, la entrega del tambor de oro a un cocinero, “el” cocinero. El tambor de oro, es algo así como los oscar locales al más molón de la city, por ende al más querido y a lo que representa cuando va por el mundo… este, que también tiene las estrellicas esas, osea, una Rock n roll star de los fogones, nuestro Bob Dylan de las sartenes; Pedro Subijana.
Y sinceramente a Subijana, “el” cocinero, no le veo anunciando un mercedes full equipe, ni mucho menos llamando cabrones a los que le quitan la estrella. Parece que al sector le faltaba el perfil transgresor. Y ahora lo tienen con David Muñoz. Vamos, que tengo la sensación después de ver el anuncio, que eso de las estrellas Michelín no se si tiene tanto que ver con el esfuerzo, dedicación, paciencia y experiencia que te dan los años… si no más bien con una potente puesta en escena y que conste que todo esto lo digo sin saber un pijo de gastronomía.
P.D.: Como personaje me sigue molando más Subijana…como cocinero; ni puta idea.
Deberías felicitarte, celebrarlo, abrazarte de forma espontánea con el primero que te encuentres por la calle. Mariano dijo el otro día que estas serán las primeras Navidades de la recuperación, esto último no se muy bien que significa, pero si lo dice Mariano, así será.
Creo que no te has dado cuenta, ahora te va de puta madre y sigues quejándote. ¿Como te lo tiene que decir?, que no te enteras! que vamos a crecer al 2%, que va a ser la hostia…ya verás!
Lo estamos petando, nuestras grandes empresas solo ofrecen beneficios y no haces mas que quejarte; que si no llego a fin de mes…que si no encuentro curro…puto pesimista. ¿pero no te has dado cuenta de que somos un modelo económico para Europa?…el sueño de todo gobernante…una sociedad que a pesar de la adversidad vive feliz…somos la hostia y tu sin enterarte.
Nosotros por aquí manejamos unas marcadas señas identitarias en lo que a Style se refiere, estas han evolucionado lentamente desde que a mediados de los noventa asistimos al salto cualitativo que experimentó la juventud vasca en su estilismo, con la “bajada” al mercado urbano de las prendas técnicas de montaña, o el fenómeno más conocido como; “urban material of high mountain”, donde marcas como Trango, K2, Columbia, Salomón o la vasca Ternua crecían al albor de una animada y combativa juventud euskaldún.
Con el tiempo esa tendencia fue derivando y hoy vemos nuestras calles y pueblos llenas de jóvenes que al vestir parecen vivir en una eterna acampada. Outfits cómodos pero sin renunciar al estilo, donde los “Must have” locales se imponen temporada tras temporada…
Si el tiempo fuese dinero, yo he vivido por encima de mis posibilidades, lo confieso!! …en ocasiones lo he malgastado como si nunca se fuese a acabar y pasados ya los 40 palos te das cuenta de que acabar se acaba.
Por ejemplo, casi todos coincidimos en que el lunes es un día de mierda y que cuanto más rápido pase mejor, ¿no?… llegar cuanto antes al viernes es el objetivo final. Mientras tanto consumes tus unidades finitas de tiempo a paladas, tiempo que por cierto, nadie te devuelve. Entonces, el tiempo debe tener menos valor que el dinero, porque yo no recuerdo haber gastado el dinero a manos llenas con tal ansiedad, como cuando quiero deshacerme cuanto antes de hasta el último puto minuto del lunes.
Por lo tanto, todos o casi todos, le estamos cediendo a alguien a diario nuestras unidades finitas de tiempo a cambio de más o menos dinero ( si, tú también!! ). Creemos que cuanto más dinero se tenga, más y mejor se disfrutará del tiempo…y para eso, invertimos casi todo el que tenemos…
Hacer cálculos con el dinero es fácil; miras tu cuenta corriente, haces una estimación de lo que tienes, tus gastos e ingresos más inmediatos y puedes tener una idea muy aproximada del dinero del que dispones…pero, ¿que pasa con el tiempo? …no se puede saber de cuanto tiempo dispones y a pesar de eso funcionamos como si fuera una fuente inagotable. Creemos que siempre tendremos tiempo y que este estará disponible para nosotros en el futuro, pues malas noticias chic@s, siempre se acaba!!
Si supieses el tiempo que te queda ( en este planeta ), ¿renegociarías tus condiciones laborales para aprovechar más y mejor ese tiempo?? o…¿seguirías deseando con toda tu alma que el lunes pasase a toda ostia delante de tus narices??
¿Dinero o tiempo? menudo dilema, yo a estas alturas de la peli apuesto por lo segundo…y es porque el dinero siempre me ha costado demasiado tiempo conseguirlo!!
Pues nada!…que el verano ha acabado. Y que no me vengan con que el Otoño tiene su encanto…y leches!!, reconozcámoslo, hasta la canción del Dúo Dinámico tiene un punto marcial, fúnebre…triste!!
A veces se nos olvida con mucha facilidad lo que nos dura en Donosti el «no verano» ( mínimo 8 meses )…llueve casi siempre, ( lo extraordinario es que no lo haga ) hace un frío que te cagas y a todas horas ( ten localizados los putos guantes ) y claro, se acabo eso de tener luz mas allá de las 18:30…yo personalmente me conformaría con que hubiese un poquito más de luz, pero desgraciadamente también nos dejó hasta el año que viene…
Que recuerdos esta tarde paseando en bici por el muelle al ver a la chavalería haciendo «perrita al agua»…miro atrás y me tengo que remontar más de treinta años, cuando nos pasábamos el verano a remojo pescando monedas que nos tiraban los turistas, aquellos veranos olían a salitre y gasoil…la verdad es que mola ver como siguen con la tradición!
Donosti, la puta meca de la gastronomía planetaria donde los camareros no sonríen.
Me puedes poner un café de mierda, me puedes cobrar 8 pavos por un puto Gin tónic, me puedes servir unos calamares elásticos….que si me sonríes, aquí no ha pasado nada…pero no, en muchos de los garitos a los que voy, tanto de día como de noche no me sonríen…desconocen el poder balsámico de una sonrisa, no creen que forme parte de su trabajo y no me sonríen…!. Si trabajas en el sector hostelero y no sonríes creo que algo estás haciendo mal.
Como los camareros no nos sonríen, se crea un círculo vicioso de tensión en la relación camarero/cliente, como entre indios y vaqueros, negros y blancos o borrokas y peperonis…en esta guerra la mejor arma es la sonrisa, siempre gana el que más sonrisas tenga en su arsenal…solo aquellos que entendieron que el cliente no es el enemigo sacaron adelante su negocio… y lo hicieron con una sonrisa.
Sin ir más lejos el otro día, en una cafetería dos camareras me ignoraban como al puto Patrick Swayze en Gosht, mientras hablaban de algo relacionado con la devolución de un pantalón de Zara. Una simple sonrisa hubiese bastado para aplacar mis ganas de demoler el establecimiento, pero solo recibí un estoico: “ ¿estás atendido?…a lo que respondí con mi mejor sonrisa: “ya no hace falta, gracias!!”….supongo que soy el típico cliente hijo de puta incapaz de entender las inquietudes textiles del personal….
En fin, que vivimos en el único país del planeta en el que todo el mundo hace su trabajo de puta madre…por eso va todo como el culo. Sólo aquellos que se cuestionan si lo hacen bien funcionan y por lo general son los mismos que te sonríen según entras en su garito.
La semana pasada estaba yo leyendo plácidamente ( un libro de los hermanos Heat ) y tomándome un café con leche en el Bar de unos buenos amigos, justo delante mío un panel de pizarra con una oferta loca de Gintonics, con una mas que digna materia prima en la copa y conociendo al personal puedo decir que con una manufactura superior a la media, por lo menos en cariño.
Como últimamente he decidido disponer de mi tiempo en cosas que me hagan sentir bien, que por otra parte siempre son las más útiles, hoy me he plantado a primera hora en el lugar y casi sin pedir permiso he cogido las tizas y con más fe que técnica he intentado hacer justicia a la oferta.
No se si venderán muchos más Gintonics, pero lo que si se, es haber invertido bien mi tiempo. Ahora cuando me tome el café con leche y levante mi cabeza, esa pizarra me estará contando la misma oferta loca de Gintonics por lo menos con el mismo cariño con el que te los ponen…
