Conversación en el vestuario del polideportivo entre dos tipos:
Sujeto A.- hombreee! Qué andas? Cuánto tiempo, pensaba que ya no te veía más.
Sujeto B.- Qué va, ahora vengo por las mañanas, así tengo todo el día…y tú? sigues viniendo a nadar no?
Sujeto A.: Sí, la rutina ya sabes…prefiero nadar en el mar, pero estos días está muy revuelto…y ya tenemos una edad…
Sujeto B.: edaaaad? Pero si eres más joven que yo!!…tú qué tienes ahora 75…?
Sujeto A.- jajajaja!! 81, que los años pasan amigo…
Sujeto B.: pues eso…más joven, yo tengo 85…
Sujeto A.: joder…!! pues te veo majo…le dice.
…Fíjate como es la vida… Yo hace 10 años me iba nadando de Ondarreta a la isla y vuelta…ahora en invierno me da miedo…
Ahora en invierno te da miedo? Pienso yo…eso en invierno le da miedo hasta a un puto “aironman”.
Luego uno le contaba al otro que estuvo trabajando en no sé qué hotel a finales de los 50 y que vio un par de veces a Elizabeth Taylor…»ésa sí que era maja», le comentaba. El otro asentía abriendo los ojos..
Uno le recordaba cómo trabajó cuarenta años en el puerto…y al final hablaban de algún destino de vacaciones que los dos conocían…mientras se vestían cuidadosamente…sin prisa, pero sin pausa.
Ya el sábado, por la tarde, estaba yo en mi casa tocándome el higo en el sofá delante de la tele, sin ver nada interesante, casi en silencio, poco menos que oyendo como me crecían las uñas de los pies y me acordé de los tipos del polideportivo y no sé por qué extraña razón me levanté, le llamé a un amigo y nos fuimos a dar un paseo en bici…
Desde entonces, en ocasiones me acuerdo de los dos abuelos, y me pregunto que me dirían si me viesen tirado en casa, aburrido y sin ganas de hacer nada…y siempre encuentro qué hacer, nada especialmente trascendente, pero desde luego no dejo pasar las horas gratuitamente…
La conclusión que he sacado de esta historia es que lo único que de verdad alarga la vida es tomárselo con calma y estar entretenido viviéndola…y qué leches!! Yo también quiero llegar a viejo algún día y contarle a alguien que vi a una Elizabeth Taylor.
P.D.: La textura de la pared, gentileza de mi querida http://www.krisarzadun.com/. Unos coleccionan sellos, yo fotos de paredes.
Es miércoles, vamos al cine, mola porque es más barato,…no hay mucha gente, me tomo la molestia de poner el móvil en modo avión, para no molestar y esas cosas. Y comienza la peli…Entonces llega una pareja de mediana edad y decide sentarse justo a mi derecha, al final de la fila…bueno, no pasa nada!…nos levantamos…perdón!, gracias! todo bien! Y justo cuando se sientan comienzan a abrir sonoras bolsitas de plástico; galletitas, crunchys y yo que se que hostias…y empiezan a comer como dos putos osos que despiertan de una larga hibernación, con ese frenesí que solo da el hambre cuando después de una fumada descubres que tienes en el armario una bolsa de cacahuetes con miel; sal y azúcar a partes iguales…entonces no eres tu quién come, lo hace tu metabolismo. L@s que fumáis sabéis de qué hablo… Ahora en mi mente, imagino una escena en la que golpeo con violencia a esa pareja hasta que dejan de moverse…respiro hondo, y me decanto por seguir sin antecedentes penales e intentar meterme en la película.
Pero ahí no queda la cosa, el pavo, que papea con la boca abierta ( inconfundible sonido ) ,también es de esos que tienen la extraña capacidad de la auto absorción de partículas de comida de entre los dientes…en serio! Imagínate una peli en un ambiente tecnológico, que transcurre dentro de una subterránea y claustrofóbica casa modernista con tres personajes; conversaciones profundas, largos paneos, primeros planos y silencios, muchos silencios y el que está a tu lado retransmitiendo en directo su depurada técnica en autolimpieza dental, después eso si, de una pantagruélica afari-merienda.
Parece que la hambrienta pareja de entrañables trogloditas ya ha terminado de comerse todo el cargamento de dulzainas y crujientes empaquetados y al igual que el león en la sabana después de devorar una gacela Thomson, entran en esa fase de modorra después de la panzada…por fin puedo ver tranquilo la puta peli.
Ahora me pregunto si debería prohibirse comer en el cine. La verdad es que hasta el otro día ni me lo había planteado…tengo la sensación de que está peor visto encender el móvil y mirar el guasap en mitad del cine, que llenarte la boca de palomitas y sorber de un cubo de refresco…quizás el modo avión tenga que abarcar algo más que el móvil.
P.D.: me imagino que cuando llegaron a casa ni cenaron ni nada….
Nosotros por aquí manejamos unas marcadas señas identitarias en lo que a Style se refiere, estas han evolucionado lentamente desde que a mediados de los noventa asistimos al salto cualitativo que experimentó la juventud vasca en su estilismo, con la “bajada” al mercado urbano de las prendas técnicas de montaña, o el fenómeno más conocido como; “urban material of high mountain”, donde marcas como Trango, K2, Columbia, Salomón o la vasca Ternua crecían al albor de una animada y combativa juventud euskaldún.
Con el tiempo esa tendencia fue derivando y hoy vemos nuestras calles y pueblos llenas de jóvenes que al vestir parecen vivir en una eterna acampada. Outfits cómodos pero sin renunciar al estilo, donde los “Must have” locales se imponen temporada tras temporada…
Si el tiempo fuese dinero, yo he vivido por encima de mis posibilidades, lo confieso!! …en ocasiones lo he malgastado como si nunca se fuese a acabar y pasados ya los 40 palos te das cuenta de que acabar se acaba.
Por ejemplo, casi todos coincidimos en que el lunes es un día de mierda y que cuanto más rápido pase mejor, ¿no?… llegar cuanto antes al viernes es el objetivo final. Mientras tanto consumes tus unidades finitas de tiempo a paladas, tiempo que por cierto, nadie te devuelve. Entonces, el tiempo debe tener menos valor que el dinero, porque yo no recuerdo haber gastado el dinero a manos llenas con tal ansiedad, como cuando quiero deshacerme cuanto antes de hasta el último puto minuto del lunes.
Por lo tanto, todos o casi todos, le estamos cediendo a alguien a diario nuestras unidades finitas de tiempo a cambio de más o menos dinero ( si, tú también!! ). Creemos que cuanto más dinero se tenga, más y mejor se disfrutará del tiempo…y para eso, invertimos casi todo el que tenemos…
Hacer cálculos con el dinero es fácil; miras tu cuenta corriente, haces una estimación de lo que tienes, tus gastos e ingresos más inmediatos y puedes tener una idea muy aproximada del dinero del que dispones…pero, ¿que pasa con el tiempo? …no se puede saber de cuanto tiempo dispones y a pesar de eso funcionamos como si fuera una fuente inagotable. Creemos que siempre tendremos tiempo y que este estará disponible para nosotros en el futuro, pues malas noticias chic@s, siempre se acaba!!
Si supieses el tiempo que te queda ( en este planeta ), ¿renegociarías tus condiciones laborales para aprovechar más y mejor ese tiempo?? o…¿seguirías deseando con toda tu alma que el lunes pasase a toda ostia delante de tus narices??
¿Dinero o tiempo? menudo dilema, yo a estas alturas de la peli apuesto por lo segundo…y es porque el dinero siempre me ha costado demasiado tiempo conseguirlo!!
Que recuerdos esta tarde paseando en bici por el muelle al ver a la chavalería haciendo «perrita al agua»…miro atrás y me tengo que remontar más de treinta años, cuando nos pasábamos el verano a remojo pescando monedas que nos tiraban los turistas, aquellos veranos olían a salitre y gasoil…la verdad es que mola ver como siguen con la tradición!
